I)
Es lo que pasa en una habitación a oscuras. Si tienes que andar a tientas, estás obligado a tocar antes de saber donde has puesto la mano.
Me levanté del sofá, aún afectado por el alcohol. Tropecé y caí sobre la cama que había tendida a mis pies.
Puse mi mano en su muslo, semidesnudo bajo el vestido.
Lo demás fue fruto de la lógica y el azar.
Dicen que hay partes muy sensibles de una mujer. Se sabe del cuello, las orejas, los pezones, la cara inerior de los muslos..., incluso los dedos de los pies. Y puse en práctica mis dotes hasta que sus gritos sonaron justo como a mi me gusta.
Luego se calló, se desangró y murió.
Muy buenos microrelatos. Si quiern leer más entrene a www.cuentosymas.com.ar
ResponderEliminarHay más de 2000 y publican los que envían los lectores